Señor desconocido,
En mi casa no crecen las flores
el entorno parece siempre en invierno
no anidan las aves, los roedores no
visitan los muros, que de tan secos
se abren y asemejan un aspecto de ruina...
En mi casa no crecen las almas
y tampoco crece el silencio
la música se evapora en el aire
y en los libros se borran las letras
y no encuentro ninguna palabra...
En mi corazón no crece la vida,
ni tampoco crece el amor,
no crece tampoco la muerte
y no crece la soledad,
no puede ya mas crecer...
Deseo morir, fervientemente morir...
desearía morir en sus manos y que
usted si así lo desea, se comiera
mi carne y mis huesos, y dispusiera
mis restos en aras de fuego,
para que nadie se entere.
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