Tuesday, January 24, 2006
MI PROPIA CARCEL
-Déjame salir- exclamó.
-¡No!- respondió- ¡Tú te quedarás aquí!
Gritó y suplicó por su libertad, pero ella no cedía.
Intentó empujar las entradas, sólo consiguió que las reforzaran.
Luego de tanto luchar, terminó por resignarse...
Una vez mas, la lágrima de soledad fue contenida por la falsa fortaleza que siempre logró mantenerla prisionera.
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