El capellán cumplió el último deseo del condenado llevándole su propia Biblia.
-Juan 11:25.- le dijo el padre marcándole la página- "... El que cree en mí, aunque muera, vivirá".
Tras escuchar, el reo arrancó la delicada página y le devolvió la Biblia mientras forjaba un gigantesco churro de marihuana.
¿Tendrá fuego Padre?
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